sábado, 30 de junio de 2012

Cómo se adapta nuestra vista a la oscuridad?

Es de conocimiento de todos que si permanecemos durante un tiempo en la oscuridad podemos comenzar a ver con más claridad con la misma luz con la que antes no veíamos nada. Pero ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué vemos en la oscuridad luego de unos minutos de exposición?

El ojo humano

El ojo humano está compuesto por varias partes que permiten que la vista funcione como debe y tengamos la oportunidad de ver. Entre los componentes más importantes del ojo se encuentran la pupila, el cristalino y el iris.

Cuando vemos es porque la luz atraviesa la pupila, luego entra en el cristalino y se proyecta sobre la retina. Esta proyección se transforma en impulsos nerviosos que van directo al cerebro gracias a las células fotorreceptoras. El canal que lleva estos impulsos nerviosos se llama nervio óptico y está ubicado en la parte posterior del ojo.

Si pasamos de un ambiente con mucha luz a uno con una escasez significativa de luz seguramente no veamos absolutamente nada durante un par de segundos o tal vez minutos. Esto ocurre ya que al igual que el resto de nuestro cuerpo nuestros ojos se adaptan a las situaciones en las que nos encontramos.

De esta forma si nos encontramos en un ambiente muy iluminado nuestros ojos se acomodan para que esta luz nos permita ver con calidad pero que este exceso de luz no dañe nuestros órganos.

Si por otra parte luego de esto pasamos a un ambiente de poca luz nuestros ojos deben volver a ajustarse a la nueva cantidad de luz.

Los ojos cuentan con una multiplicidad de métodos para ajustarse a los diferentes tipos de luces, aunque los que más ayudan a este cambio son el cambio del diámetro de la pupila (la cual puede ir desde 2 mm a los 10 mm) y los cambios de sensibilidad de los bastones de la retina.

Al igual que un músculo cualquiera, la pupila puede dilatarse y contraerse para dejar entrar más o menos caudal de luz en el ojo, este es un mecanismo muy básico del ojo para ajustarse a los diferentes tipos de luz.

Por otro lado, los bastones son células fotorreceptoras ubicadas en la retina (y algunas en la fóvea) que pueden ajustar su sensibilidad para captar mayor o menor cantidad de luz. Estas son las principales culpables de que luego de un rato de permanecer en la oscuridad veamos con mayor claridad.

Al igual que cuando realizamos ejercicio físico debemos hacer un calentamiento, los ojos necesitan acomodarse a los diferentes tipos de retos.



Fuente:ojocientifico.com/





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